miércoles, 29 de febrero de 2012

29 de febrero.

Hoy es un día raro. No uno de esos días que te levantas y piensas "hoy no va a salir nada bien", no. Hoy sólo se repetirá dentro de cuatro años. En un día como hoy te paras a pensar un montón de idioteces, como "¿nacer un 29 de febrero? ¡Qué raro!" y ese tipo de cosas.
Pues bien, a mi me gustaría haber nacido un 29 de febrero, pocas cosas hay más especiales y raras. Me gustaría empezar una historia de amor un 29 de febrero y celebrar mi boda cuatro, ocho, doce años después, un 29 de febrero.
Me gusta que los días raros y especiales no pasen desapercibidos, igual que las personas raras y especiales no deberían pasar desapercibidas... sin embargo, mi plan para un día como hoy es simple y rutinario... haremos lo de todos los días. Un 29 de febrero normal, en el fondo, venido a menos. Un día más... y un día menos.
Aunque, si he de ser del todo sincera (y nunca se es del todo sincero), conservo la esperanza de que alguien consiga que este día raro y especial no pase desapercibido. Las personas son capaces de todo, sobre todo, de convertir un día más en un día mejor.
Y tú... ¿Qué vas a hacer para que hoy sea raro y especial?


Si me dices adiós en febrero, piénsalo dos veces... 
Las miradas se rompen, los años son golpes, los días cara a la pared... y aún así volvería a pasar por el mismo camino, a buscar esa piedra con la que poder tropezar.
Y si viene febrero, temblaré de miedo, lo desconocido es brutal, 
pero es mucho peor saber que ya nada va a cambiar...
Curaré ese dolor que me pone a morir cada vez que te vuelvo a vivir.
Si me dices adiós en febrero, piénsalo dos veces...

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