-¿Y es guapo?
-¿Guapo? No te sabría decir...
-Entonces... ¿no lo es?
-No, no es eso... es que no podría definirlo como guapo o feo, no es nada de eso, es otra cosa.
-No te entiendo...
-Es... es como cuando miras a un niño. Es inocencia y es dulzura. Algo que es demasiado humano para pertenecer a la imaginación, pero tan increíble que es incomprensible su sola existencia... Es como mirar a un niño. Algo que no te puedes cansar nunca de mirar, porque está en constante cambio, porque a cada momento puede sorprenderte un detalle nuevo. Es como mirar a un niño...
Y entonces sonrió. La sonrisa más sincera que había visto en mi vida. Y comprendí con claridad lo que había intentado decirme.
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