miércoles, 30 de noviembre de 2011
Metalingüismo.
domingo, 27 de noviembre de 2011
Conversaciones imaginarias I.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Ceniza entre los dedos II.
jueves, 24 de noviembre de 2011
Aquí y ahora.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
I was only dreaming...
I've found a reason for me ,to change who I used to be; a reason to start over new... and the reason is you.
I'm sorry that I hurt you, it's something I must live with everyday, and all the pain I put you through, I wish that I could take it all away and be the one who catches all your tears... That's why I need you to hear:
I've found a reason for me, to change who I used to be; a reason to start over new... and the reason is you.
I'm not a perfect person, I never meant to do those things to you... and so I have to say before I go that I just want you to know:
I've found a reason for me, to change who I used to be; a reason to start over new... and the reason is you.
I've found a reason to show a side of me you didn't know, a reason for all that I do... and the reason is you."
lunes, 21 de noviembre de 2011
Olvida.
sábado, 19 de noviembre de 2011
Ceniza entre los dedos I.
Metí primera y fui soltando el embrague poco a poco mientras aceleraba progresivamente. El nuevo Mini se puso en marcha suavemente y avanzó unos pocos metros sobre el asfalto de la carretera. La sonrisa se dibujó en mi cara y miré a mi padre radiante de felicidad.
-Gracias, papá. Va como la seda. Me encanta.
Apagué el motor y eché el freno de mano.
Mi padre sonrió satisfecho. Miré por el retrovisor buscando la aprobación de Gonzalo, quien me la concedió a través del pequeño espejito en forma de sonrisa. Qué sonrisa tan bonita tenía.
-Bien, pues ya es tuyo, Susi –interrumpió mi padre-. Puedes sacarlo a pasear cuando quieras. Ahora, desbloquea las puertas, que tengo que seguir trabajando.
Dicho y hecho. Apreté el botón que quitaba la seguridad de las puertas y mi padre se bajó del coche a la vez que Gonzalo, quien ocupó el asiento delantero.
Antes de marcharse de nuevo a casa, papá volvió a acercarse al coche, parecía que había olvidado algo. Bajé la ventanilla de inmediato.
-Ten cuidado y no llegues tarde a cenar, ¿me has oído, Susana? Mañana tienes que madrugar –dijo severamente.
-Claro, papá. Sólo voy a llevar a casa a Gonzalo y vuelvo.
Por fin cruzó la verja que bordeaba la parcela y salvó la distancia que le separaba de la puerta de la casa. Por fin me quedé a solas con Gonzalo.
-¿Has visto qué monada? –pregunté radiante.
Lo cierto es que, con la emoción del momento, apenas me había dado tiempo a fijarme en los detalles de mi nuevo coche. Era un regalo de papá por haberme sacado el carné de conducir durante el verano y me venía perfecto para ir y volver de la universidad, la cual empezaba al día siguiente. El Mini era blanco roto, de un tono crema y el techo era negro, al igual que los retrovisores; por dentro, estaba todo tapizado con cuero negro. Olía a nuevo, a esperanza y a cambios. No en vano, una nueva temporada iba a empezar en mi vida... La universidad. Se decía pronto.
-Es una maravilla... pero... ¿qué tal si lo pones en marcha? –Las palabras de mi novio me devolvieron a la realidad.
Volví a encenderlo, sintonicé Europa FM en el preciso momento que empezaba ‘Mr. Jones’. Esa canción me transmitía muy buenas vibraciones. No dejaba de sonreír. Y, entre sonrisa y sonrisa, nos pusimos en marcha en dirección a casa de Gonzalo.
viernes, 18 de noviembre de 2011
Empezar por el principio...
Dicen que en los detalles está el demonio. Una vida tan larga como esta tiene muchísimos demonios. Por suerte, yo conozco a muchísimos ángeles.