He intentado odiarte en todos los tiempos y los modos del verbo. He intentado olvidarte por activa y por pasiva. Eres el complemento que siempre ha faltado en el predicado de mi vida, y lo cierto es que "tú" eres el sujeto de todas mis frases.
Puede que algún día nos toque vivir un futuro perfecto, olvidarnos de este presente que nos impera no cruzarnos y no volver jamás a aquel pasado imperfecto que tanto daño nos ha hecho. Mientras tanto, olvidaremos la segunda y la primera persona del singular, esperaremos poder emplear la segunda del plural y dejaremos que el subjuntivo dibuje los trazos de nuestros caminos.
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